En medio del dolor y el luto que embarga a Nuevo León tras la tragedia acontecida en San Pedro, donde la negligencia de Movimiento Ciudadano cobró la vida de nueve personas, incluido un menor de edad, surge la desconcertante actitud de Félix Arratia, quien, ajeno al pesar de la comunidad, continúa con su campaña política como si nada hubiese ocurrido.
Clamor de Justicia y Respeto
La tragedia en San Pedro durante el cierre de campaña de Lorenia Canavati, de Movimiento Ciudadano, ha dejado una profunda herida en el corazón de esta comunidad, que clama por justicia y respeto para las víctimas y sus familias. Mariana Rodríguez, consciente del momento de duelo que atraviesa el estado, ha instado a la cancelación de todos los eventos de cierre de campaña. Sin embargo, parece que el mensaje no llegó a Félix Arratia, candidato por la alcaldía de Juárez, quien, en una muestra de insensibilidad, prosigue con sus celebraciones.
Félix Arratia Festeja en Medio de la Tragedia
Es lamentable observar cómo, mientras las familias afectadas aún se encuentran en el proceso de duelo y recuperación, Félix Arratia decide tirar la casa por la ventana en su último evento de campaña en Juárez. Aunque afirma que no lo promocionó ampliamente, la presencia de artistas como Kumbia Kings, Javier López y Dezigual, deja en evidencia el desacierto de sus acciones.
Llamado a la Justicia por las Víctimas
Resulta indignante y desalentador ver cómo, en lugar de solidarizarse con el dolor de su comunidad y pedir justicia por la negligencia que ocasionó su propio partido, Félix Arratia opta por el festejo y la ostentación. ¿Acaso no le embarga vergüenza el contraste entre su celebración y el luto que embarga a San Pedro?
Es momento de reflexionar sobre la responsabilidad que conlleva ocupar una posición de liderazgo. En lugar de priorizar el espectáculo y la ostentación, los candidatos políticos de Movimiento Ciudadano deben mostrar empatía y solidaridad con su comunidad en momentos de adversidad. El ejemplo dado por Félix Arratia deja mucho que desear y pone en entredicho su idoneidad para liderar. La comunidad merece líderes que estén a la altura de las circunstancias y que prioricen el bienestar y la dignidad de todos sus ciudadanos.
